Carolina representa el clásico caso de persona que se cansa de vivir entre bicicletas y restaurantes de tapas y decide marcharse del centro. Hace algo más de diez años se compró un piso en el barrio de Santa Caterina, en el casco antiguo de Barcelona, y en él vivió hasta que el año pasado decidió darse un respiro e irse a la periferia. El barrio que en su momento la enamoró ahora se había transformado en un barrio hostil para los barceloneses pero ideal para los turistas.
De la mano de Carolina vemos cómo ha cambiado el centro de Barcelona, recorremos las calles infestadas de heladerías, bares, tiendas de souvenirs y negocios de alquiler de bicis y segways. En el documental vemos todo el proceso de Carolina: desde que empieza a buscar piso hasta que se instala en el nuevo barrio, donde encuentra la paz que andaba tiempo buscando.